España se caracteriza por su diversidad de paisajes agrarios en función de tres factores:
- El Clima:
- Ámbito atlántico húmedo, donde predomina la pradera natural y el bosque caducifolio;
- Ámbito mediterráneo seco, donde es tradicional el cultivo mediterráneo de secano (trigo-vid-olivo), junto a la presencia de árboles perennifolios como la encina o marcescentes como el quejigo o roble;
- Ámbito semiárido, donde las extremas condiciones de sequedad colocan a los cultivos e incluso al monte arbolado en sus límites de existencia.
- El relieve y los suelos, de forma que encontramos montañas, campiñas y llanuras.
- La propiedad, que provoca acusadas diferencias entre las explotaciones minifundistas y las latifundistas.
El secano
Las plantas herbáceas de ciclo anual (especialmente el trigo y la cebada) ocupan unas 13 millones de Hectárea. Comprende zonas como el valle del Duero, Castilla La Mancha, el alto y medio Ebro, el valle del Guadalquivir, la Campiña de Badajoz, las llanuras de Guadix y Baza (Granada), así como las cuencas de Vitoria y Pamplona.
El sistema de cultivo tradicional ha sido el año y vez, y practicando el barbecho asociado a las prácticas ganaderas, ya que los rebaños de ovejas se alimentaban de los rastrojos y abonaban de forma natural las parcelas. Otro sistema habitual, en este caso utilizado en el valle del Guadalquivir ha sido la rotación de cultivos trienal, mediante la sucesión de siembra de trigo-barbecho-rastrojo. En la actualidad el proceso suele ser trigo-barbecho-girasol.
Los secanos leñosos
Podemos hablar de:
El olivar ocupa 2 millones de Hectáreas en España, aunque prácticamente el 50% de la superficie se concentra en Andalucía, especialmente en Jaén. Esta agricultura suele presentar fuertes contrastes entre los latifundios y los minifundios, aunque en ambos casos es característico el monocultivo.
El viñedo ocupa 1.200.000 Hectáreas, aunque está presente por doquier en la Península por su mayor versatilidad climática. Castilla La Mancha concentra la mitad de la extensión del viñedo español y se convierte en el viñedo más extenso de Europa. El 96% de la vid se dedica a vinificación, aunque en los últimos veinte años del siglo XX su cultivo ha experimentado una reducción superficial de 450.000 Hectáreas como consecuencia de la entrada de España en la Unión Europea, que obligó a eliminar numerosos viñedos calificados como marginales. La explotación vinícola se caracteriza por su pequeña y mediana propiedad, ya que la mitad de las explotaciones son inferiores a 20 Hectáreas.
El regadío
En España se consideran tres grandes tipologías de regadío:
- Los regadíos históricos, generados antes de 1900, que generalmente están asociados a cursos fluviales y que se ubican en grandes espacios llanos. A esta naturaleza corresponden 1,2 millones de Hectáreas;
- Los regadíos de iniciativa estatal, que fueron creados durante el régimen Franquista, entre los años 1940 y 1970. Vienen a suponer 1,2 millones de Hectáreas;
- Los regadíos de iniciativa privada, que son los más recientes y cuya particularidad es la captación de aguas subterráneas.
En cualquier caso, los riegos más rentables y productivos son los que se producen en la zona del levante y sur del mediterráneo, en la costa suratlántica y en las islas Canarias. Se practica en estas zonas una hortofruticultura intensiva en la que es frecuente la introducción de técnicas de riego localizado e invernaderos, aunque muchas veces la sostenibilidad de las explotaciones se ve comprometida por problemas ambientales diversos como la salinización o la contaminación de los acuíferos por nitratos procedentes de los abonos, fertilizantes, pesticidas y herbicidas..
El País Valenciano lidera las estadísticas españolas porque concentra, con su millón de Has. regadas, una tercera parte de los regadíos nacionales: 300.000 Has. de cítricos, 280.000 Has. de ciruelos, albaricoques, peras y manzanas, 260.000 Has. son hortícolas, mientras que 160.000 Has. se destinan a otros cultivos.
Por otra parte, los denominados regadíos extensivos se concentran en la España interior, donde los cultivos practicados son diversos: maíz, trigo, remolacha, patata, alfalfa, viñedo de calidad, frutales…
España atlántico-húmeda
La España húmeda no sufre los déficits de agua. En estos paisajes predominan las praderas naturales, aunque los relieves son quebrados y hasta montañosos por la evidente proximidad de la Cordillera Cantábrica. En cuanto a la distribución de la tierra, las explotaciones son marcadamente minufundistas y mayoritariamente familiares.
El policultivo intensivo especialmente destinado al autoconsumo ha sido tradicional hasta mediados del siglo XX, aunque en la actualidad se practican cultivos más comerciales como el maíz y la patata. Pese a todo, la nota característica de estos ecosistemas es la especialización bovina láctea, por lo que es frecuente incrementar las superficies destinadas a pradera. La otra tónica imperante es las repoblaciones forestales destinadas a la producción maderera.
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