lunes, 24 de enero de 2011

Las energías en España

Consumo de energía

El consumo de energía en España per cápita es similar al de otros países del Sur de Europa. En 2003, el consumo final de energía fue de 97,2 millones de Toe, representando un incremento de un 60% respecto a 1990. En 2004 se produjo un incremento del 3,6% respecto al año anterior, lo que supuso un pequeño descenso en el ritmo de crecimiento, motivado en parte por la condiciones climáticas más suaves del año.

La evolución en cuanto al consumo de energía primaria en España hasta el año 2012 se resume en los siguientes puntos:

  • El petróleo seguirá siendo el combustible mayoritariamente usado, si bien experimentará un ligero descenso, siguiendo las pautas europeas. En cualquier caso, la dependencia con esta fuente de energía seguirá siendo de vital importancia.
  • El consumo de carbón experimentará un descenso mas acusado (de un 17,3% en 2000 a un 7,8% de 2010). Este recurso energético, se plantea en términos globales de seguridad de abastecimiento, sabiendo que en la Europa de los 25, la hulla no tiene visos de competitividad. En estas condiciones conviene preguntarse si no sería necesario mantener un nivel básico de producción que, en caso de crisis grave, permita mantener el acceso a los recursos, al mismo tiempo que se perfeccionan las tecnologías más avanzadas.
  • El gas natural se perfila como el combustible favorito que experimentará un crecimiento mayo, pasando de un 12,2% en 2000 a un 23,5% en 2010.
  • El crecimiento de la energía nuclear parece, por el momento, improbable. Su crecimiento depende de varios aspectos importantes, pero fundamentalmente de la aceptación pública de esta forma de energía y de solventar el problema de los residuos. Se espera que el sector se mantenga aproximadamente como hasta ahora, con objeto de poder asegurar la demanda en energía eléctrica.
  • El consumo de energías renovales aumentara de forma importante: de un 5,6% en 2000 a un 12,3% en 2010.
El porcentaje correspondiente a electricidad generada por energías renovables para 2004 fue superior a la media europea (19,8%) y muy próxima al objetivo para la EU-15 de un 22,1%, y para España un 24,9% para 2010. En este sentido, España se encuentra en un cuarto lugar entre 30 países de Europa. El objetivo de la UE es que las energías renovables pasen de representar un 6,3% en consumo de energía primaria en 2004 a un 12% en 2010. Si se excluyen las grandes centrales hidráulicas, la parte de renovables para consumo de electricidad en 2004 se repartió entre un 5,5% para eólica (5,5%), un 0,8% para biomasa y un 0,72% para el resto de energías renovables. España es el segundo país productor de electricidad generada por viento.
Consciente de la necesidad de fomentar el desarrollo de las energías renovables, el Gobierno aprobó el Plan de Acción 2005-2007 de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética (E4) y, en agosto, el nuevo Plan de Energías Renovables 2005-2010. Con estas actuaciones, se intenta promover un sistema energético diversificado y sostenible para potenciar fuentes de energía autóctonas y prescindir en lo posible de la dependencia de importación de las fuentes convencionales.
El Plan de Fomento de las Energías Renovables 2000-2010 (PER), establece como principal objetivo conseguir una producción de un 12% de las energías renovables a la oferta de energía primaria para el año 2010, con una aportación de estas energías del 29% en el total de la energía eléctrica generada.

Energías no renovables y renovables

Energías no renovables



Greenpeace ha elaborado una lista de lo que considera como las "15 mentiras" que sostienen falsamente los argumentos a favor de la energía nuclear: (El Mundo 12/11/2008)

1. Que la energía nuclear es segura: el grupo ecologista recuerda la dimensión de la tragedia de Chernóbil y el poder destructor de la radiactividad.
2. Que la energía nuclear es menos conflictiva que el petróleo: por el contrario, es blanco de potencial de uso terrorista.
3. Que es una energía limpia: nada hay más sucio (por peligroso), dice Greenpeace, que los residuos nucleares radiactivos, que perduran durante decenas de miles de años y cuya gestión no se ha resuelto aún.
4. Que genera puestos de empleo: para Greenpeace, es totalmente falso. Según Comisiones Obreras, las energías renovables generan 10 veces más empleos que la nuclear.
5. Que es barata: al contrario, es muy cara y sólo puede sobrevivir en países donde hay cuantiosos subsidios estatales. Greenpeace cita un informe del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) según el cual, en las condiciones actuales, "la energía eléctrica de origen nuclear no es competitiva".
6. Que ayuda a combatir el cambio climático: éste es un argumento que han sostenido varios científicos, incluido el célebre y polémico James Lovelock. El proceso de fisión nuclear no emite dióxido de carbono (CO2), pero sí toda la actividad anterior: la extracción de uranio, por ejemplo, requiere una gran cantidad de transporte y maquinaria que emite más CO2, en total, que la producción de energías renovables, dice Greenpeace.
7. Que es aceptada por la opinión pública: según las encuestas citadas por la ONG, el rechazo social es mayoritario.
8. Que es necesaria para sustituir a los combustibles fósiles: los ecologistas recurren a los casos de Alemania y Suecia, países libres de energía nuclear, para demostrar que no es necesaria para suministrar electricidad a un país y además cumplir los objetivos de reducción de emisiones.
9. Que el uranio es un combustible abundante: lejos de ser verdad, el uranio-235 fisionable se está agotando y sólo queda para unos 70 años más con el número actual de centrales, dice Greenpeace.
10. Que la energía nuclear es renovable: a este respecto, el grupo ecologista dice: "El 'lobby' nuclear ha llegado a presentar la energía de fisión nuclear como renovable, y el combustible nuclear gastado, altamente radiactivo, como reciclable. Evidentemente, estas afirmaciones no tienen ninguna base".
11. Que el 'renacimiento' nuclear ya está en marcha: el fracaso a la hora de cumplir los plazos y los presupuestos anunciados para la construcción de la central Okiluoto-3 en Finlandia, el buque insignia del "renacimiento" nuclear anunciado por la industria, es en lo que se basa la ONG para desinflar el supuesto auge de este sector.
12. Que beneficia a los países en vías de desarrollo: por el contrario, la construcción de centrales en los Estados del Sur aumenta la deuda pública.
13. Que es complementaria a las energías renovables: más bien, las fuentes limpias son suficientes por sí mismas para abastecer a todo un país como España, según un informe encargado por Greenpeace a la Universidad Pontificia de Comillas.
14. Que es sostenible: los ecologistas argumentan que no es ni económicamente eficaz, ni socialmente justa, ni ambientalmente aceptable, por lo que no puede ser sostenible.
15. Que es eficiente: "en el mundo hay 439 centrales nucleares en funcionamiento que suministran el 15% de la electricidad global y aportan sólo el 6,5% del consumo energético mundial", dice Greenpeace.
Juan López de Uralde, director de Greenpeace España, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para demostrar al Gobierno que la sociedad rechaza la energía nuclear y obligarle a cumplir con su promesa electoral de cerrar las centrales.

Pica aquí para conocer más de la energía nuclear en España




PROBLEMAS DEL CARBÓN HOY EN DÍA



La Unión Europea estableció en su día terminar con las ayudas al carbón, ayudas que acaban en 2010, por ello este tiempo atrás la UE ha estado negociando un nuevo reglamento sobre las ayudas al carbón  y que Bruselas propone ampliar hasta 2014 condicionando las ayudas al cierre de las minas deficitarias. Para España ese techo resulta insuficiente y aspira a un plazo mayor.
El Ministro Sebastián ha dicho: "Queremos mantener las ayudas públicas para un sector vital para nuestro suministro energético más allá de 2014 e incluso más allá de 2018", ha dicho el ministro, que ha recordado que "la última palabra la tienen los Gobiernos y el Consejo" y ha dicho contar con el apoyo de "muchos" países "relevantes" para alargar el plazo. Además ha señalado la necesidad de dar cierta "flexibilidad" y el "máximo tiempo posible" a los Estados miembros para la transición de un reglamento a otro.


La industria



España en los años 60 y 70



La crisis económica y la reconversión industrial
    Cuando los socialistas llegaron al poder se daban unas consideraciones económicas en apariencia pésimas.  A parte de los rasgos ya mencionados, el déficit alcanzaba al 5 % del PNB y la inversión seguía retrocediendo. El ajuste industrial y energético seguía pendiente y la reforma fiscal y financiera se habían detenido, la reforma del mercado de trabajo ni siquiera había comenzado, principalmente por el temor a enfrentarse con los sindicatos.
    Pero a estos males objetivos, había que sumar otros que procedían de la oposición. El programa electoral del PSOE ha sido calificado como <>, en el sentido de que ofrecía 800.000 puestos de trabajo por el procedimiento de la inversión pública directa y el empleo creado por la Administración, lo que estuvo siempre muy lejos de llevarse a cabo. La irresponsabilidad consistió, quizá, en la consciente exageración de un programa que en la práctica no se llevó a cabo.
    Los responsables de la política económica tuvieron una efectiva autonomía en relación con el partido y con respecto al programa electoral mismo. Fueron técnicos que tenían posiciones ideológicas situadas en el extremo más moderado del espectro socialdemócrata, caso de Miguel Boyer. La ventaja principal de que dispusieron no fue sólo la recuperación del ciclo económico que tuvo lugar a partir del año 1983, sino, sobre todo, la fuerte estabilidad política conseguida a través de una hegemonía parlamentaria muy marcada.
    La primera etapa 1 983- 1 985: La prioridad esencial de la política económica fue la reducción de la inflación, que descendió al 14 % en el año 1982, al 8 % en 1985 – con una disminución, por tanto, del 40% -, para luego descender aún más.
    El ajuste se realizó en gran medida a costa del empleo, de tal manera que la tasa de paro pasó del 16 al 22 %. No sólo se incumplió el objetivo de crear  800.000 puestos de trabajo, sino que la disminución del empleo se cifró de manera aproximada en ese número. El desequilibrio exterior se superó y se alcanzó un superávit importante. La reforma del sector público era también necesaria, puesto que en 1983 el 70 % del déficit del INI se debía a empresas que habían sido socializadas entre los años 1977 y 1982 para evitar crisis sociales a corto plazo.
    Esta política económica sentó las bases para el crecimiento económico posterior. Se trató de una operación de saneamiento. La reconversión, por ejemplo, tan sólo afectó a unos 60 000 trabajadores y no supuso un sustancial incremento de la competitividad de las empresas implicadas. La expropiación de RUMASA fue una operación técnicamente incompetente, y sólo beneficiosa para los intereses privados, que lograron ventajas como consecuencia de la posterior privatización de lo expropiado.
    En otro  terreno – Plan Energético, por ejemplo – la gestión socialista no hizo otra cosa que llevar a cabo lo que se debería haber hecho mucho antes.
    Entre 1987 y 1989, durante la segunda etapa de la gestión económica socialista, el crecimiento español se situó alrededor del 5 % anual, un porcentaje muy fuerte, superior en uno o dos puntos a la media europea. Además, el número de trabajadores ocupados pasó de once millones a algo más de doce millones y medio, aunque eso no quiere decir que se resolviera el problema del paro. Junto al crecimiento se avanzó en otros terrenos como en la liberalización financiera y del mercado del trabajo.
    A partir de comienzos de los años noventa, cuando tuvo lugar una recesión mundial, en la tercera etapa, se pudieron apreciar las limitaciones de la gestión económica del gobierno. Una peseta fuerte y unos tipos de interés altos estimularon la llegada de capitales extranjeros que, a menudo, se centraron en negocios puramente especulativos. En esta última fase, además, la ejecución de la política presupuestaria y del déficit público fue disminuyendo progresivamente.
    Un efecto muy significativo de la política económica socialista ha consistido en el incremento del gasto social, en especial para la creación del Estado del bienestar.
    La gran transformación española durante esta década quizá se produjo en educación, donde el gasto pasó del 2,8 % al 4,7 % del PIB, la obligatoriedad de la enseñanza llegó hasta los 16 años, se crearon un millón y medio de puestos escolares y el número de nuevos becarios superó el medio millón. En segundo lugar ha desempeñado un papel decisivo la sanidad pública,  que se ha generalizado en el conjunto de la sociedad española. En cuanto a la seguridad social también se ha extendido hasta las pensiones no contributivas y que la cobertura por paro se ha incrementado en más de medio millón de personas.
(Tomado de Vicenta Fernández)